¡Por fin tenemos un sustituto para el ábaco!

Hasta nuestro año, 1642, ningún científico había encontrado un buen sustituto para el ábaco, pero este año, gracias a Blaise Pascal, filósofo y matemático de apenas veinte años, ha desarrollado una máquina capaz de conseguir este propósito, denomina como “La Pascalina”.



Expertos la denominan como la primera calculadora mecánica ya que está formada por una gran cantidad de ruedas y dientes de engranajes que trabajan conjuntamente para realizar sumas y restas con gran exactitud.


Su funcionamiento es sencillo: cada uno de los dientes tras haber girado diez veces una posición (la rueda de las unidades), mueve el diente más próximo de las decenas una posición; que tras haber gira diez veces mueve el diente de la rueda de las centenas una posición, y así sucesivamente.


Pese a todos estos beneficios las malas lenguas apuntan que por su complejidad de construcción, podría ocasionar un fracaso económico.